Por qué Hotusa es la única de las grandes cadenas en contemplar un rescate

Hotusa, matriz de marcas como Eurostars y propiedad de Amancio López, admitió que se está planteando solicitar a la SEPI un rescate de dinero público, y se ha convertido en la única de las grandes hoteleras españolas en exponerse a una ayuda estatal con importantes efectos colaterales.

El negocio de Hotusa pivota sobre el alojamiento urbano, que es el que más se va a ver resentido tras la pandemia del coronavirus de forma estructural, debido al auge del teletrabajo y de las videollamadas. En contraste, las otras grandes cadenas españolas —Meliá, NH, Palladium, Barceló, Iberostar, Riu, Grupo Piñero, Princess y H10— tienen el grueso de su actividad en el nicho vacacional.

La única excepción sería NH, pero también cuenta con cierta y creciente cuota en el vacacional, además de con un socio solvente y muy internacionalizado como son los tailandeses de Minor. Y el segmento vacacional sí se estima que en dos o tres años pueda volver a los volúmenes de 2019, mientras que en el caso del de viajes de trabajo parece tan lejano que es imposible de aventurar.

Las grandes cadenas hoteleras españolas acumulan además, y en distinto grado, un gran patrimonio inmobiliario y una deuda mínima comparada con la valoración de sus activos. En el caso de Hotusa, los contratos de alquiler suponen un gran peso en su cartera, y los inmuebles en propiedad están en importante parte hipotecados (Hotusa, la gran cadena con las finanzas más frágiles). 

La relación entre la deuda de Hotusa, y la valoración actual reajustada de sus activos, ha llevado a que el grupo del gallego Amancio López tenga que admitir que estudia un rescate público, tras unas semanas de presumir de salud financiera. Los bancos prestan en función de la viabilidad que ven al negocio por su modelo, y por la capacidad de endeudamiento en relación al valor de los activos que tomar como garantía.

Hotusa ha tenido hasta ahora una gran fuente de liquidez gracias a sus agencias mayoristas Keytel y Restel, pero este año el negocio de la distribución turística se ha desplomado el 70 por ciento para los más afortunados, y el 90 por ciento para la mayoría (Hotusa: la primera en estudiar un rescate solo para sus hoteles).

Ninguna quiebra importante se ha producido en el sector turístico español todavía, salvo los concursos de Pullmantur o Gowaii, ya que las medidas extraordinarias como los ERTE o las líneas ICO han permitido reducir costes y asegurar liquidez. Sin embargo, una vez se retiren estas ayudas, algunas carencias pueden quedar más evidentes (Hotusa busca liquidez urgente y pone a la venta dos hoteles en Lisboa).

Las otros dos gigantes turísticos que contemplan un rescate son Air Europa (integrada en Globalia) y Ávoris (matriz de Evelop), ya que ambas también se ven estigmatizadas ante los bancos por contar como activos a unos aviones que tienen en régimen de alquiler, y cuya puesta en garantía para los créditos es menos atractiva para las entidades financieras.

El dueño de Hotusa es un empresario muy cercano a la alta política, como acaba de demostrar organizando un Foro en la Toja con el Rey de España, los presidentes de España y Portugal, y los expresidentes Felipe González y Mariano Rajoy, este último su compañero de pupitre en la escuela y con quien comparte bailes en las fiestas de Nochevieja.

Supuestamente, el fondo creado por el gobierno para salvar a empresas se ceñía a sectores estratégicos como las comunicaciones, la seguridad, la salud o las infraestructuras, de modo que ha llamado la atención que una hotelera anuncie que contempla acogerse a estas ayudas, cuyos intereses van creciendo cada año en 200 puntos básicos, es decir que al cuarto año de la concesión llegarían al 8 por ciento.

Hotusa, que ya trató de financiarse en el Mercado Alternativa de Renta Fija (Marf), se ha convertido por lo tanto en la única de las grandes hoteleras en reconocer que, como adelantó en primicia La Vanguardia, contempla un rescate de dinero de los contribuyentes debido a que su viabilidad depende de un segmento como es el del alojamiento urbano que está amenazado estructuralmente, y a que su activo inmovilizado tiene un ratio más ajustado sobre su deuda.