Convulsión hotelera por el virus, la inflación y los destinos rivales

Las empresas hoteleras españolas señalan a Preferente su preocupación por el incierto horizonte económico. El repunte del virus ya está trayendo una oleada de restricciones en Europa, el principal mercado para los establecimientos nacionales. Además, la inflación está impactando directamente sobre los costes energéticos, mientras el colapso de las cadenas de suministro está paralizando las reformas ante la falta de materiales. Y a ello se le une el temor de un resurgir el próximo verano de los destinos competidores que esta pasada temporada alta estuvieron prácticamente cerrados.

Austria, por ejemplo, contempla imponer un confinamiento a los no vacunados tras subir las infecciones diarias a niveles récord. El Gobierno de los Países Bajos, por su parte, ha ordenado el cierre de tiendas no esenciales a las 18 horas y la hostelería, los supermercados y las farmacias a las 20 horas, al día siguiente de la cifra más alta de contagios desde el inicio de la pandemia, en marzo del 2020. Pero sobre todo, el Ejecutivo alemán en funciones también plantea endurecer medidas tras un nuevo máximo con una incidencia en siete días de 263,7 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes, lo que golpearía especialmente a Canarias.

Las hoteleras españolas han cerrado un septiembre y un octubre a niveles cercanos a los mismos meses pre-covid, pero la inflación disparada ya está impactando sobre sus costes energéticos. De hecho, por ejemplo Meliá ya están tomando medidas, y ha revelado que sus contratos firmados, procedentes en un 100% de fuentes renovables, les cubre durante 2022, por lo que calculan un ahorro de unos 8 millones de euros frente al gasto a precios actuales. 

Con el retraso de los viajes del Imserso, y aún en muchos casos con la devolución pendiente de los créditos ICO y con una buena parte del personal en ERTE, la recuperación es todavía raquítica. En el caso de que siga creciendo la ocupación, la posibilidad de subir tarifas cobra fuerza, como por ejemplo ya viene ocurriendo en Estados Unidos, donde los ADR (tarifa media diaria) registran sus récords históricos, como ha revelado REPORTUR.us (Disparadas tarifas hoteleras en USA en su mayor ADR en 53 años).

Además, el problema que ahora mismo atraviesan las cadenas de suministros a nivel mundial también está afectando al sector hotelero que justamente elige la temporada baja para emprender reformas para reposicionar los activos. Así lo constatan grandes hoteleros como Simón Pedro Barceló, copresidente de Barceló Hotel Group. “Apenas hemos salido del Covid y afrontamos otra crisis: la de la cadena de suministro, que ya está salpicando también al sector”, dijo a El Mundo. "Esta crisis postpandemia implica inflación y menos consumo, y el turismo es esto. Nos puede sorprender negativamente en términos de demanda", admitió (Barceló ve amenazadas las reformas hoteleras por la crisis de suministros).

Junto a ello, y de cara a la próxima temporada alta, se espera un aumento en el volumen de europeos que viajará a al sur para sus vacaciones, aunque se vaticina también que el destino España vea probablemente reducida su cuota de los dos pasados veranos debido a un alza de la oferta de competidores mediterráneos. Estos destinos rivales prácticamente estuvieron cerrados para los principales mercados continentales en 2020 y en 2021, y su entrada en el mercado afectaría especialmente a Andalucía, Baleares o la Comunidad Valenciana.

Por lo tanto, si el aumento de oferta de camas en destinos competidores se asemeja al alza de volumen de viajeros, el pronóstico es que España apunte a un próximo verano no tan diferente al recién acabado. En suma, el país se juega su recuperación en estos factores, que hoy aparecen cargados de incertidumbre, y están provocando convulsión en el sector.