Se acabó la fiesta

El turismo vacacional en España lleva dos años absolutamente excepcionales, extraordinarios. No sólo ha habido una demanda desproporcionada sino que, como resultado de ello, los precios que se han aplicado han sido igualmente excepcionales. Sin embargo, a día de hoy prácticamente se puede asegurar que la fiesta se está acabando. Atención: no entramos en crisis ni nada que se le parezca, pero lo que era una festín, lo que era un paseo triunfal se ha acabado. Ahora habrá que competir cara a cara como sucedía en el pasado.

Los turistas ya están dando suficientes indicios de que este verano vuelven a Turquía. Lo dijo Thomas Cook hace unas semanas y ahora lo confirma Tui. La demanda está disparada para Turquía, que es el principal destino competidor de España. Pero es que además, Grecia, Egipto, Bulgaria, o Túnez están yendo estupendamente, de lo que se puede deducir como mínimo que en este verano la presión sobre el mercado español va a reducirse sensiblemente. Muy sensiblemente.

¿Cómo será el verano? Este año, con muchas plazas ya comprometidas con unos mayoristas que el invierno pasado tenían miedo de no ofrecer España, aún será bastante bueno, aunque con menores precios, especialmente en los productos que se vendan más tarde. Pero lo que es definitivamente seguro es que la temporada de 2019 no va a ser ni por asomo comparable con lo que nos estábamos acostumbrados a ver en estos dos y tres últimos años.

Tras este cambio de tendencia, está claro que en España los únicos ganadores serán aquellos destinos en los que estos márgenes excepcionales se tradujeron en inversiones que permitan a la oferta escalar en calidad. No todas las zonas turísticas lo han hecho pero, es verdad, ha habido fuertes inversiones, convencidos de que si no se mejora en realidad se está empeorando.

El festín ha acabado, pues. Si los fanáticos se portan bien. Los ciudadanos de estos países se merecen una tregua que les devuelva a la normalidad.