El récord de Semana Santa que tiene tantas lecturas

Es muy difícil encontrar a un ministro de cualquier gobierno que saque pecho nada más acabar la Semana Santa. Ni siquiera en aquellas épocas de bonanza extraordinaria cuando nos creíamos que habíamos encontrado el “Fin de la Historia” (Francis Fukuyama dixit) y luego nos encontramos inmersos de hoz y coz en el averno.

Pues bien, cuando todavía oficialmente no se puede dar por concluida la gran crisis, ni siquiera ha vuelto el optimismo exultante de aquellos lustros y mucho menos la confianza, héte aquí que se baten todos los récords turísticos en una semana emblemática para el negocio y el Sector. ¿Cómo preludio de la temporada del verano? ¡Quizá!

Las costas tradicionales, llenas. Las islas Baleares y Canarias a tope. Las casas rurales del interior mesetario conociendo dígitos imparables.

La principal lectura me la hacía un corresponsal europeo el martes pasado. ¿Hay tanta crisis en España como se dice? Las clases medias que son las que tiran del consumo, ¿han vuelto? ¿Los mileuristas tienen capacidad por sí solos para crear un nuevo clima de consumo vacacional que permita aventurar el final de la crisis? Son preguntas para las que yo no tengo respuesta taxativa, pero que conllevan muchas lecturas de singular importancia.

Porque, aunque la demanda europea se ha comportado extraordinariamente pese a las diatribas de los tabloides británicos contra España, lo cierto y verdad es que el tirón ha sido producto de la demanda española doméstica.

Como hemos comentado en ocasiones anteriores, ante el éxito extraordinario y el buen momento del Sector, ello no debe embriagarnos de vapores etílicos, ni siquiera una aproximación para morir de éxito. Debe conducir a empresarios, ejecutivos y trabajadores a poner aún más los pies en el suelo y dedicar parte del excedente empresarial a mejorar de cara al futuro. Porque en este negocio se pasa del rosa al amarillo sin solución de continuidad. Por cualquier causa y por cualquier efecto. Quiero reiterar que no parece que el Brexit haya tenido el más mínimo efecto en España como destino turístico primordial de los británicos. Eso quiere decir, entre otras cosas, que las sociedades modernas y avanzadas están por encima de sus dirigentes, máxime cuando son tan chorroborros como los políticos británicos.

LO DE CLUB DE VACACIONES

Conozco a Luis Mata hace muchos años cuando ambos trabajamos en Globalia. Es un profesional donde los haya.

Tras su salida de aquel grupo fue fichado por El Corte Inglés para relanzar Club de Vacaciones como primer touroperador especializado exclusivamente en turismo para mayor de 60 años. Hace de ello dos años. Momento en que este Club de Vacaciones crea la Acción Social de Club de Vacaciones, destinando un euro por plaza vendida para diferentes acciones sociales que favorecen a las personas más necesitadas.

Es lo que los anglosajones llaman el “capitalismo compasivo”. Unos trabajan bien, ganan dinero y destinan parte de su negocio a devolver a la sociedad lo que les aporta, esto es lo progresista y solidario. El resto, paparruchadas. Aunque se les llene la boca con la “gente” y disparen permanentemente con pólvora del rey.

¡Tomen nota!