Dejemos Eurovegas, no se hará

Las Vegas Sands ha dicho literalmente que no es seguro que Eurovegas se vaya a hacer, tras anunciar que habían elegido Madrid. La prensa extranjera, que es el termómetro más fiable para saber la realidad de España, al no haber cruce de intereses, cree que el proyecto está lleno de dudas. La BBC dedicó dos líneas a la nominación, y en una de ellas hablaba de la desconfianza a que finalmente se lleve a cabo. Esa misma BBC que abrió con la manifestación independentista en Barcelona, mientras TVE la emitía en quinto lugar de la escaleta de su Telediario. Por no recordar el 11-M, y en qué medios se apuntó por primera vez al terrorismo islámico, todos ellos anglosajones.

Esta semana los titulares con declaraciones de políticos han estado copados en más de un 50 por ciento con opiniones sobre Eurovegas. Políticos autonómicos, sindicatos y asociaciones, dando su versión. En definitiva, perdiendo el tiempo, cuando en España nadie consume ni las empresas gastan, porque están a la espera de saber qué va a pasar con el país, si va a haber rescate o no, o cómo será el ‘banco malo’. Atonía total. A la espera de las elecciones gallegas y vascas, como si la experiencia de haber esperado a las andaluzas para presentar los Presupuestos hubiera sido un éxito avasallador.

Sheldon Adelson tiene casi 80 años. Cuando Eurovegas estuviera terminado del todo tendría casi 90. Ha estado unos meses en España agasajado como nadie y disfrutando de ver a los políticos autonómicos bajarse los pantalones hasta el talón.

No es el primer proyecto de gran envergadura que se anuncia en España. Muchos se acuerdan de la Paramount en Murcia, o el Gran Scala en Monegros, o el Don Quijote de Ciudad Real. Humo. Máxima atención mediática, espoleada por los políticos, para idéntico resultado. De los parques temáticos que hay en España, solo Port Aventura ha conseguido ser rentable más o menos regularmente. Cuando se hicieron, no hubo un ‘show’ como el de Eurovegas para ver dónde se construía. Discretamente se eligió el sitio, y empezaron las obras.

Las Vegas Sands retrasó su decisión por la incertidumbre con el euro. Como si en septiembre se hubiera arreglado algo. La moneda única es la excusa para no dar garantías de que vaya a construirse el complejo, como si esta crisis tuviera pinta de desaparecer de un plumazo. La promotora, que aportaría el 30 por ciento del capital –¡Qué banco se mete en España ahora a financiar suelo y ladrillo!--, dice que el proyecto tiene tres fases y que no se pasará de una a otra sin el éxito de la precedente. Un pelotazo al estilo de los fondos buitres.

Por eso, los políticos y asociaciones no deben perder un minuto más con el asunto. No cuesta demostrar que ahora hay otras prioridades en el país. El tiempo ha probado en qué quedaron aquellas inversiones provenientes de China y Qatar que Zapatero aseguró para las cajas. Las autoridades e instituciones deberían dejar de lado estos dislates. La desafección hacia la clase política está haciendo emerger a los extremistas, revestidos de independentistas, ultracomunistas en el Sur, o falangistas en el centro. El Turismo, cuya elite directiva y empresarial está a años luz del gremio gobernante, no puede permitirse que desde fuera haya una creciente inquietud sobre la estabilidad social del país.