Los actos vandálicos contra el turismo que algunos consideran "hechos puntuales", uno a uno

Los dardos envenenados contra el turismo que están lanzando las juventudes más radicales de los partidos extremistas de Cataluña, Baleares y País Vasco han sido considerados por el vicepresidente del lobby turístico más poderoso, Exceltur, y por los representantes de las organizaciones políticas situados en la izquierda más radical, CUP, Bildu, Mes, etc. como meros "hechos puntuales" y como sucesos que "no se pueden generalizar". Al restarle importancia a estos actos vandálicos, José Luis Zoreda se alinea sin querer, pero torpemente, con las organizaciones políticas de ultra izquierda que tanto daño de imagen están generando y van a generar, se  quiera o no, a la primera industria del país.

A continuación, enumeramos los ataques, los desmanes y el vandalismo cometidos por los anti sistemas contra el sector turístico y los turistas a lo largo de las últimas semanas con la excusa de la saturación de visitantes que se viven en los centros urbanos de Barcelona, Palma, Bilbao y San Sebastián, entre otros, avivados por las declaraciones de sus autoridades en contra del Sector y cuya espita hace tiempo encendió en Baleares el partido del consejero de Turismo de las Islas y que jalea desde el verano pasado, día tras día , un periódico local de la capital.

Los ataques comienzan el 1 y 5 de mayo, cuando los radicales arremetieron contra al menos 7 hoteles en Barcelona, según las denuncias que han presentado diversos establecimientos. Entre ellos se encuentra el Amistad Beach Hotel, cuyo director Ramiro Aguiló asegura a la Sexta que “eran como 200 personas y empezaron a tirar huevos con pintura” contra las ventanas del establecimiento. Días después del ataque en preferente.com avisábamos del inminente riesgo de la extensión de la turismofobia por dicho episodio (Crece en Madrid y Barcelona el riesgo de turismofobia).

Los destrozos, tanto a hoteles como a la vía pública de una de las ciudades más turísticas ocurrieron durante la primera semana de mayo aprovechando las manifestaciones convocadas por grupos radicales de izquierdas, entre ellos la CUP y Arran.

Barcelona y sus turistas volvieron a ser víctimas de los ataques “irrelevantes”, cuando unos encapuchados atacaron un bus turístico en la ciudad el 29 de julio, provocando el estupor entre los visitantes y reivindicando con sus pintadas que “el turismo mata a los barrios”(Unos encapuchados independentistas aterrorizan un bus turístico en Barcelona).

El primer día de agosto Arran reivindicó su segundo ataque en Barcelona con un video en el que se ve a varios miembros de los cachorros de la CUP pinchando las ruedas de todos los vehículos que se encontraban, entre ellos bicicletas para uso turístico. Desde la izquierda anticapitalista no descartan un nuevo ataque, para ellos “una manera más de protesta, igual de legítima que las manifestaciones”(Más turismofobia independentista: ahora pinchan ruedas de bicis).

Los ataques contra el turismo en Baleares de han ido sucediendo a partir de agosto, el mes de mayor ocupación. Arran usó bengalas y pancartas contra el turismo en restaurantes situados en pleno puerto de Palma, cuyas terrazas estaban al máximo de ocupación (Arran extiende sus ataques turismofóbicos hasta Palma de Mallorca).

También en Mallorca, los independentistas de Endavant (próxima a la CUP y a Arran) pegaban una semana después adhesivos de “este coche sobra” a más de mil vehículos de alquiler en la isla.  Justifican la acción en su lucha contra la “masificación turística. La organización, que se define “independentista, socialista y feminista de los Països Catalans”, seguirá actuando contra estos coches y no descarta otros actos (Los turismofóbicos de Baleares la emprenden con los coches de alquiler).

Las acciones de protesta contra el turismo masivo y sus efectos se extienden en San Sebastián por parte de la izquierda “abertzale”. El 9 de agosto, las juventudes de Sortu, Ernai, pararon un tren turístico lleno de visitantes para colocar encima carteles “contra los efectos del turismo”. Las bengalas de humo se repitieron, una circunstancia que aprovecharon como reclamo para una manifestación en diversas partes del País Vasco el 17 de agosto, coincidiendo con la Semana Grande donostiarra, cuando la ciudad esté a rebosar.

La Asociación de hoteles de Guipúzkoa espera que no se convierta en una oleada “y que si pasa sea puntual”. Aquí la violencia ya acabó, esperemos que ahora no surja otro tipo de violencia", según afirma Francisco González.

La sede de la Agencia Vasca de Turismo-Basquetour también ha sido víctima de pintadas rojas en sus puertas y que hacían alusión a la manifestación del próximo jueves (Convocan marchas contra el turismo en el País Vasco).

También en San Sebastián, sobre todo en el casco antiguo, se pueden leer pintadas de “fuera turistas”, algo que se sucede desde principio de temporada y desde hace un año en otras zonas del País Vasco, en la Ciudad Condal con pintadas en las marquesinas y en Palma de Mallorca, donde miles de turistas pasean por el centro histórico con cara de estupefacción ante tales mensajes, como “los turistas sois terroristas”, “turistas iros a casa” (aparece en la fachada de la Escuela de Turismo balear), “mi edificio no es un hotel”, “el turismo mata y destruye la ciudad” o “turistas bastardos”, entre muchas otras consignas (La turismofobia invade las marquesinas publicitarias de Barcelona).

Hace un año que la turismofobia se está fraguando en diversas capitales turísticas, como advirtió la Confederación de Agencias de Viajes. Rafael Gallego advirtió de la radicalización de estas actuaciones en 2016, cuando se registraron pintadas y hubo una agresión con vasos de cristal a unos turistas que estaban de excursión. Ya entonces esgrimió lo que podía suceder si los dirigentes políticos seguían siendo “permisivos” y representantes haciendo declaraciones “que tienen que ver con el mismo partido y con la ideología de Podemos.

En total, al menos 13 protestas (entre los ataques a hoteles, restaurantes y autobuses) sin contar otros desmanes como las pintadas, cuyos autores amenazan con repetir en los próximos meses de esta temporada récord para el turismo en España y que puede verse enturbiada por actuaciones como estas, a pesar de que algunos resten importancia a dichos ataques.