NEWSLETTER | PUBLICIDAD | | VISTA MÓVIL
EDICIÓN ESPAÑA

CRÓNICA DEL FIN DE SEMANA

La ley del suelo canaria, ante una oposición furibunda

El proyecto ha provocado reacciones hostiles por parte de sindicatos, arquitectos y otros sectores sociales canarios
Entre las acusaciones que arrojan los opuestos a la ley, hay algunas cuestiones menores como la anulación de la prohibición expresa de que las administraciones especulen con el suelo

Como ya publicáramos en esta misma sección, el Gobierno canario ha aprobado un proyecto de ley del Suelo que pretende poner orden en el marasmo urbanístico que vive el archipiélago. ¿Qué relación tiene este asunto con el turismo? Toda, porque de no ser por el negocio millonario que es el turismo, en Canarias, como en el resto de España, el urbanismo sería un asunto de segundo orden.

 

canariasEl urbanismo es quien decide dónde se construye o no un hotel –y toda la oferta complementaria– y, por lo tanto, es quien tiene la "máquina de imprimir billetes". Mala cosa para aplicar sentido común en un ámbito tan problemático.

 

Sorprendentemente, el proyecto de ley del Gobierno ha provocado reacciones hostiles por parte de varios sectores sociales canarios, máxime cuando el proyecto se ha desarrollado de forma muy escrupulosa y participativa. En algunos casos, como el de los arquitectos, sus críticas son comprensibles dada la profundidad de sus razonamientos. Pero en otros, como en el caso de los sindicatos, sus amenazas de protestas obreras por asuntos de esta índole suenan a movimiento político orquestado. Incluso los socialistas, que están coaligados en el gobierno, han convocado ruedas de prensa para decir que no hay divisiones en su partido en torno a esta ley sino sólo diferencias de sensibilidad, que es lo que suele decir la izquierda pija cuando está profundamente dividida.

 

¿Por qué estas reacciones a una ley que ni ha acabado su tramitación, ni es un texto cerrado y, encima, se ha hecho recogiendo las opiniones de muchos agentes afectados?

 

Empecemos por las críticas de los arquitectos. Curiosamente, los arquitectos hacen un informe en el que dicen que se negaron a participar en la recogida de impresiones, lo cual no les corta ni un pelo a la hora de criticar aquello en cuya elaboración no participaron por decisión propia. Sin embargo, pese a ello, tienen bastante razón en su análisis: la ley propuesta es muy jurídica y poco urbanística.

 

Este tipo de normas debe encajar por un lado la vertiente legal, de jerarquías, tramitaciones, órganos decisores, etcétera –que es lo que sí contiene el proyecto elaborado por juristas– y por otro debería ser un instrumento para crear modelos de crecimiento urbanísticos coherentes. Y en esto fallamos.

 

Lo dicen con razón los arquitectos canarios como lo podrían decir la mayor parte de los especialistas de España. En este país no hacemos urbanismo, sino leyes. Y sale lo que sale. Pero los propios arquitectos, en su escrito, responden al porqué del problema: en España falta cultura urbanística. Ni ellos ni los políticos van a encontrar a nadie con un modelo de crecimiento en la cabeza y sí con un montón de intereses económicos de los que el entramado jurídico pretende protegernos. Para poder hacer urbanismo se necesita mucha más discrecionalidad que nadie en este país está dispuesto a conceder a los políticos y gestores, por su escasa credibilidad. Los proyectos no deben tener porcentajes predeterminados de usos, sino que cada caso conforma una realidad que se ha de evaluar por sus propios méritos. Esto hoy por hoy es impensable en este país y, por supuesto, también en Canarias. El urbanismo, nos guste o no, es la selva; la ley del más fuerte. La ley, con realismo, pretende enmarcar esta situación y no se dirige a un país ideal que no existe.

 

Probablemente las críticas de los sindicatos nos apuntan al problema del suelo en España. Primero porque las críticas sindicales carecen de toda relación con su función. Naturalmente que el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de unos muchos debe importar a los sindicatos, pero este ni es el caso ni puede serlo. Esta ley no modifica los elementos sustanciales de la normativa en vigor, sino que establece el marco en el que operan las otras leyes, cómo se llevarán a cabo las tramitaciones, cómo se redistribuyen las funciones, etcétera. Pero eso no les corta y se lanzan a la lucha obrera. ¿Entienden por qué no se puede dar margen al legislador? Porque este es un terreno abonado a la politización más burda.

 

Los argumentos presentados por esta plataforma –que incluye a los sindicatos– ya hablan de su propia endeblez: que si la Ley va contra la cohesión del territorio, contra la calidad de vida, la productividad agraria, el empleo y hasta, puestos a disparar al aire, contra la calidad democrática.

 

Acusaciones así, tan disparatadas, más bien hablan del carácter irracional de la oposición que de los defectos de la ley, que los tiene. En realidad, lo que este movimiento está haciendo es desestabilizar al PSOE canario, dejándolo en un cruce de caminos peligroso.

 

Entre las acusaciones que, con un lenguaje belicista, arrojan los opuestos a la ley, hay algunas cuestiones menores como la anulación de la prohibición expresa de que las administraciones especulen con el suelo. Este es un asunto legalmente menor pero de gran interés porque, efectivamente, el suelo es un instrumento de especulación, pero contra lo cual no es posible luchar. En el momento en el que un suelo puede pasar de convertirse en rústico a urbano, se produce una súbita revalorización. Eso beneficia a quien había adquirido ese suelo a precio de rústico. Esto es inevitable. Si no es el propietario quien se beneficia, ha de serlo la Administración –o sea todos– vía impuestos. La postura de que no sea la Administración pública la que se beneficie es bastante descabellada porque supone ignorar que inevitablemente en ese cambio de calificación habrá lucro.

 

Este es el fondo del asunto, la razón por la que esta es una ley delicada. Los arquitectos querrían que fuera el diseño urbanístico el que primara mientras que el ordenamiento jurídico pretende que se eliminen las arbitrariedades. Sin embargo, el punto de equilibrio en este contexto es difícil. A veces, lo máximo que se consigue es crear un mecanismo caro, farrogoso y complejo de hacer lo que, de todas formas, se hubiera hecho.

 

En todo caso, ahora comienza el camino más difícil de esta ley, con la negociación parlamentaria, de la que sería vital que no se descolgaran los socialistas que hasta ahora han hecho un papel muy correcto.


    Acepto la política de protección de datos - Ver


    1 Comment
    antiguos
    nuevos más valorados
    Inline Feedbacks
    View all comments
    MAGUITO GUANCHITO
    7 años

    Buena argumentación, ha repartido para todos, en su artículo. El problema de Canarias, real, son 7 islas y 7 mundos. Empezando por el intervencionismo de los cabildos en la vida económica, social y personal de las personas. Señalando lo que es bueno para el individuo, por decisión divina cómo se hacía en la época absolutista y, que, ahora el Estado(Autonomía-más bien poco-cabildos todopoderosos y ayuntamientos autárquicos) se encarga de ello.
    El tema del suelo, siempre ha estado en manos de los mini-jeques (alcaldes) y han decidido quien sí, y quien no. Para que más tarde el COTMAC-Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias- o los PIOT (Planes insulares de Ordenación del Territorio) los terminen anulando por los informes previos que contradicen a los iniciales.
    Además de, que, la ignorancia es el factor destacado en ediles, alcaldes e inclusos consejeros. NO todos, pero sí, en una amplia mayoría que solo piensan en la reelección y dar "alpiste" a las clases más desfavorecidas, que son muchas, vía cheques escolar con comidas y desayuno gratis o las "ayuditas" y fomentando el abandono escolar, ya que no pueden acceder a un mercado laboral que precisa mucha formación y que se suple con mano de obra foránea (godos que vienen a quitarnos el trabajo) y la educación canaria es de las peores de España.
    Sólo hay que hacer una excursión entorno a la isla y veremos una costa litoral repletas de pueblos encima del mar-Varadero en Tenerife- a la salida de cauces de barrancos, donde no existen depuradoras y sale al mar aguas fecales, que suele ser muy frecuente en Canarias y que han sido consentidos estos asentamientos al estilo favelas brasileñas. Ejemplo ValleSeco en Santa CRuz de Tenerife.
    A eso añadimos los movimientos "ecolojetas", sindicatos y empresaurios que viven de la subvención al plátano, lo eólico y los nacionalistas de café que son responsables del atraso cultural de unas islas en las que han conseguido que la gente haya dejado de pensar por sí mismas.
    Sanidad con más de 20,000 personas en listas de espera, de hasta 12 meses en lista de espera. Un servidor ha estado parar una colonoscopia hasta 13 meses.
    Resumiendo, esta ley es una cortina de humo, para ocultar que hay 7 ICEBERES a la DERIVA en la MACARONESIA ATLÁNTICA.

    Sólo se disipará cuando los tres poderes sean independientes:

    -Judicial (Se puede decir que es un estado fallido, caso Teresitas, Arona, etc<9
    -Legislativo (Parlamento bicameral Tenerife o Las Palmas, siempre paralizado)
    -Ejecutivo ( Autonomía sin competencias, casi todas transferidas a los cabildos, transportes, medioambiente, tributarios, educación...)

    La ley, será paralizada por las islas menores (La Palma, El Hierro y La Palma). De hecho hay otra propuesta sobre Ley del Suelo para las Islas Verdes.

    Lo dicho, frente a éste estado fallido, MÁS MERCADO Y MENOS ESTADO

    Noticias relacionadas



    Encuesta

    ¿Entiende el malestar de los residentes en Canarias con el turismo masivo?

    Ver Resultados

    Cargando ... Cargando ...




    Revista Preferente | REPORTUR | arecoa.com | Desarrollo
    Aviso Legal Política de Privacidad RSS Condiciones de suscripción Política de cookies