La compañía australiana Virgin Australia ha aclarado que el aterrizaje forzoso de uno de sus aviones en Bali no se ha debido al secuestro del aparato como se había dicho en un primer momento sino a un pasajero borracho que ha tratado de entrar en la cabina.
"El avión en cuestión ha aterrizado sin problemas y en ningún momento se ha visto en peligro la seguridad de nuestros pasajeros. Había un pasajero indisciplinado a bordo y las autoridades han tomado las medidas oportunas", asegura la aerolínea en un comunicado publicado en su muro de Facebook.
El aparato de Virgin había partido de la ciudad australiana de Brisbane. En pleno vuelo un pasajero en estado ebrio ha tratado de entrar en la cabina. El piloto ha informado a las autoridades de un secuestro haciendo saltar todas las alarmas. Una vez en tierra, la Policía ha detenido al pasajero.
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Hace unos meses en Un aeropuerto español de las Islas Canarias, pasó algo parecido. Un pasajero borracho y violento, increpó al personal de Handling y llegó a decir que tenía una bomba y que la haría explotar a bordo.
No sólo no se le detuvo sino qe las autoridades y la tripulación del vano permitieron que volara.
En un país como el nuestro, donde vuelos que deben pasar control de pasaportes, como los vuelos al Reino Unido, no lo hacen porque la policía dice no tener personal y no cubre el control de embarque de estos vuelos, es un caldo de cultivo ideal para que pueda ocurrir una desgracia algún día.
Esperemos que desde la crítica, los responsables tomen cartas en el asunto y solucionen estos problemas y deficiencias.
Por contra, los que si están siendo fiscalizados y chequeados como terroristas diariamente, son los trabajadores de los aeropuertos en Canarias. Los pasajeros pueden hacer y decir o que les venga en gana, y los sospechosos son los trabajadores.
Vergonzoso