Cuando Airbus quería convencer a una aerolínea para que retire un pedido

Pocas veces antes había ocurrido que un fabricante de aviones tenga que negociar con su cliente, una aerolínea, que no compre su avión. Ocurre con el Airbus 350-800. Airbus lanzó el modelo 800, el modelo 900 y el modelo 1000. Los aviones de la serie 900 ya están volando y, además, la demanda del modelo 1000 es altísima. Pero el Airbus 350-800 es más complicado porque es un avión similar al Airbus 330neo que pronto saldrá al mercado.

Sin embargo, hubo dos clientes: Aeroflot, la compañía aérea rusa, que en 2016 ordenó ocho aviones de este modelo, y Asiana, la aerolínea coreana que, además de varios 350-900 y otros tantos 350-1000, también pidió y se comprometió a comprar ocho aviones del modelo A350-800s. Estos acuerdos suponen compromisos económicos por parte de las aerolíneas y, por supuesto, por parte del fabricante del avión que, obviamente, se compromete a entregar el aparato tal como está especificado.

El tiempo ha pasado, pero nadie más ha pedido el modelo 800. Y, peor aún, Aeroflot ha acudido a Airbus para retirar su pedido, de forma que sólo Asiana ha quedado como cliente. ¿Vale la pena desarrollar todo el tremendo montaje de producción de un avión para sólo ocho ejemplares? La lógica dice que no.

Este 24 de abril, Asiana tomó el control del primer A350-900 de su flota, ocasión por la que hubo una ceremonia en Toulouse. Allí, el vicepresidente de programas de Airbus, Didier Evrard dijo claramente que “estamos negociando con el cliente la mejor solución para este pedido”. Esto probablemente pueda pasar por aumentar el pedido de A350-900 o convertir el pedido en A330neo, que son aviones muy similares.

Airbus reconoce que en estos momentos la producción del modelo 800 de la línea 350 está congelado, pese al cliente. Ya se imaginan en qué situación queda la compañía que necesita aviones pero que al mismo tiempo su fabricante le está rogando que acepte retirar el pedido.