Gaspart previó “una revuelta” si la tasa no iba a promoción

"Si el nuevo Gobierno sube las tasas al sector hotelero y éstas no se destinan a la promoción turística, habrá una revuelta" amenazó el presidente de Husa, Joan Gaspart, en el observatorio sectorial organizado por KPMG y Expansión, en un encuentro que se celebró antes de que la Generalitat de Cataluña anunciara la nueva tasa hotelera.

Ante la posibilidad de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy eleve los impuestos del sector, el presidente de Derby Hotels y del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos, recordó que "se necesita invertir en organismos de promoción como el Barcelona Convention Bureau para estar presente en todas las candidaturas internacionales de ferias, congresos y convenciones".

Jesús Delgado, socio responsable del área de Tributación Corporativa de KPMG, señaló que existen otras fórmulas además de la tributación directa, como incentivar la reinversión en la planta hotelera.

El cofundador de la cadena Chic & Basic, Hugo Bertrand, apuntó que ciudades como Madrid y Londres cuentan con espectáculos y exposiciones culturales que atraen por sí mismos a miles de visitantes. Clos añadió: "Necesitamos generar impulsos para que la gente quiera visitar la ciudad por segunda vez".

Sobre la promoción turística, el director general de Reig Capital Group, Alejandro Hernández-Puértolas, apuntó que "no todo debe acabar en Europa; la promoción en China e India se ha hecho hasta ahora de forma ridícula. Y todavía falta acabar de explotar mercados como Rusia, EEUU y Sudamérica", añadió.

Otra de las asignaturas pendientes del sector hotelero, según el fundador y presidente de Room Mate Hotels, Kike Sarasola, es "concienciar a la sociedad de que vivimos del turismo". En Sudamérica, dijo, "los camareros, los taxistas, los dependientes, etc. son amables con el turismo y colaboran con su bienestar en la ciudad porque saben que su economía depende de ellos".

La planta hotelera de Barcelona, al igual que la de Madrid, ha vivido en los últimos años la llegada de grandes cadenas internacionales. En Barcelona, han aterrizado Mandarin Oriental y W, del grupo Starwood.

El cofundador de Chic & Basic, Albert Montesinos, considera que "estos fichajes son muy interesantes porque estas cadenas, por sí solas, pueden atraer a gente que viene por la marca y al conocer la ciudad la convierte en un nuevo destino".

El cofundador de Axel Hoteles, Juan Julià, también opina que estas cadenas suponen más una oportunidad que una amenaza para los hoteles de Barcelona: "Nuestra competencia son las otras ciudades", dijo.

En las últimos dos décadas, Barcelona ha conseguido pasar de un visitante estrictamente de negocio a diversificar las razones por las que los turistas visitan la ciudad. En 1994, recordó Jordi Clos, la ciudad tenía 4,5 millones de pernoctaciones. Este año se cerrará con 15,8 millones de noches de hotel.

El año pasado, Barcelona cerró su año récord en pernoctaciones y número de visitantes, superando incluso las cifras de 2007, último ejercicio sin conciencia de crisis económica. Los precios medios, aunque todavía lejos de los 120 euros alcanzados en 2007, se situaron en 102 euros.

El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos, avanzó que Barcelona ha logrado elevar sus precios en 2012 y cerrará el año con un incremento medio de entre siete y ocho euros por habitación. Kike Sarasola se quejó de que "todavía falta agilidad en la política de precios. En Nueva York, son más rápidos".

Jordi Castiñeira, director de T&R Restructuring de KPMG, explicó que en Barcelona se ha primado la ocupación al precio para mantener la rentabilidad y poder pagar las elevadas deudas que se han contraído y que actúan como una losa".