Municipio turístico que en algún momento del año tiene una afluencia de visitantes, que pernoctan en él, superior al número de personas inscritas en su padrón municipal de residentes, pudiendo tener como complemento de su economía otras actividades y que la capacidad de sus alojamientos turísticos, añadida a las de las viviendas de segunda residencia, resulte superior a la de sus viviendas de primera residencia; el número de plazas en alojamientos turísticos deberá representar al menos el uno por ciento de su oferta.