Centro turístico de la isla de Lanzarote. Diseñado por César Manrique en 1973, con la colaboración de Jesús Soto y del arquitecto Eduardo Cáceres. Es un pequeño edificio de cristal y roca perfectamente integrado en la falda de un volcán. En su interior, un ventanal circular ofrece varios puntos para la observación del paisaje. Un pasillo exterior rodea la edificación y una terraza superior la corona. Del techo cuelgan dos esculturas en forma de bulbo invertido, compuestas de varillas de hierro retorcidas en espiral y curvadas, que acaban en finas láminas del mismo metal. Su belleza radica en su aparente sencillez, en la utilización del círculo y de las formas curvas y elípticas, que ocultan una gran complejidad técnica.