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EDICIÓN ESPAÑA

Un joven británico de 15 años murió apuñalado el día 18

Los turistas violentos invaden Lloret, en Girona

Lloret de Mar (Girona) se ha convertido en la localidad predilecta para muchos jóvenes franceses que buscan juerga los fines de semana. Los vecinos y comerciantes, acostumbrados a las tensiones que genera el turismo masivo, se confiesan atemorizados ante un colectivo que califican de "problemático" y en algunos casos "peligroso". Los incidentes son frecuentes pero nunca antes tan graves como el pasado día 18: Andrew Milroy, de 15 años, murió apuñalado por un chico francés tras una discusión nocturna, según los amigos que le acompañaban. El caso está bajo secreto de sumario.

"Van cuatro o cinco en coches de gama alta, con la música a toda mecha y en plan gánster", explica el dueño de un bar situado frente al paseo marítimo que prefiere no dar su nombre. "Antes solo venían en Nochevieja, pero ahora vienen todos los fines de semana", continúa. Los vecinos dicen que pasan a toda velocidad por el paseo, como si se tratase de un circuito de Fórmula 1. "Aquí les tenemos un poco de respeto, no nos metemos con ellos", admite.

A pesar de la ostentación que demuestran con los vehículos, no llevan mucho dinero en el bolsillo. El coche es su casa. En él se cambian de ropa y duermen cuando vuelven de fiesta. "A las ocho de la mañana los ves a todos durmiendo en la Punta Marina", relata una recepcionista del hotel Don Juan, desde el que se dio el aviso a la policía la noche que murió Andrew Milroy. Tras el trágico suceso Romà Codina (CiU), alcalde de la localidad, se mostró "preocupado" por este tipo de turismo conflictivo. El Consistorio quiso manifestar su apoyo a la familia del fallecido.

"Andrew estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado", afirma Jackie Milroy, su madre, mientras atiende a los clientes del Route 66, el bar de comida rápida que ella y su marido abrieron hace tres años frente a la playa de Lloret. Aunque ambos son británicos -Andy, escocés de Glasgow, y Jackie, londinense-, llevan más de 20 años en Lloret. Andrew y su hermana Carla, de 11 años, nacieron en el Hospital de Blanes.

Han tardado pocos días en volver a abrir. "Tenemos que seguir trabajando", explican con entereza ante la mirada de su hija pequeña, que prepara con su padre una corona de flores con el nombre del chaval que luego depositarán junto a su tumba. Aunque a veces se siguen refiriendo a "los niños", como si Andrew siguiese con vida.

Andrew intentó interceder en una pelea y se llevó la peor parte. Uno de los amigos que iba de vuelta a casa con él esa noche (eran cerca de las 4 de la madrugada) se metió presuntamente con cuatro franceses magrebíes y se empezaron a pelear en la calle, según el relato de los testigos. El chico intentó separarles y acabó con una cuchillada en el tórax. Falleció poco después en el Hospital de Blanes. Los amigos de Andrew han dejado velas y mensajes de apoyo a la familia en el lugar del crimen.


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